Los sistemas de comunicación por radiofrecuencia requieren dos componentes esenciales: un transmisor y un receptor. Pero, ¿cómo saber cuál es el receptor adecuado para tu proyecto?
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La transmisión por radiofrecuencia es un método de enviar información de un lugar a otro sin necesidad de cables físicos. El mensaje se envía desde un transmisor en un extremo del sistema a un receptor en el otro. El receptor capta las ondas de radio y las demodula, es decir, las convierte de ondas de radio a un formato utilizable.
Los receptores y transmisores deben ser compatibles entre sí para poder enviar datos con éxito. Los instaladores también deben analizar el lugar donde se va a instalar el sistema y tomar una serie de decisiones sobre qué tipo, tamaño y formato de receptor es el adecuado. La elección del receptor adecuado depende de varios factores:
1. Número de relés
Un relé es un interruptor que abre o cierra un circuito. Cuando un receptor capta una señal válida de un transmisor válido, su función es activar un relé de abierto a cerrado o de cerrado a abierto. El interruptor es lo que controla la acción en el sistema: puede encender una luz, desbloquear una puerta o iniciar un ciclo de automatización. Un receptor puede estar equipado con más de un relé para activar más de una acción. Para saber cuántos relés necesita, deberá calcular el número de acciones que debe activar.
2. Capacidad de memoria
La capacidad de memoria de un receptor determina el número de emisores que se pueden asociar a él. Cada transmisor emparejado ocupa un espacio en la memoria del receptor. En algunos sistemas sólo necesitarás un transmisor. En otros, puedes dar un transmisor de mano a varios usuarios. Tendrás que elegir un receptor que tenga suficiente capacidad de memoria para tus necesidades.
3. Tipo de modulación
Modulación es el nombre que recibe el proceso de convertir los datos que se transmiten en un tipo de onda de radio para poder enviarlos por el aire hasta el receptor. Existen varios tipos de modulación, entre ellos AM y ASK, que son los más comunes. Deberá asegurarse de que el transmisor y el receptor que elija para el sistema utilicen el mismo método de modulación para que los datos se envíen correctamente.
4. Frecuencia
La frecuencia es una medida del tiempo que tarda una onda de radio en oscilar de arriba abajo en un ciclo completo. Se mide en ciclos por segundo, también conocidos como hercios. Al elegir un receptor, debes asegurarte de que funciona en la misma frecuencia que el transmisor.
5. Método de codificación
En transmisión, la codificación es la conversión de los datos en una señal binaria. La señal binaria es lo que el receptor utiliza para desencadenar una acción en el circuito. Ese proceso de conversión puede protegerse con seguridad adicional, como el código de salto KeeLoq®, que cambia constantemente la contraseña válida que permite al receptor aceptar la señal transmitida. El cifrado AES es otra opción para proteger la transmisión de datos. A la hora de elegir un receptor, es importante evaluar el nivel de riesgo del sistema y el nivel de seguridad adecuado para combatirlo.
6. Alimentación eléctrica
Tanto los transmisores como los receptores necesitan una fuente de alimentación para funcionar. Algunos utilizan una fuente de alimentación por cable, mientras que otros están equipados con una batería. El entorno de la instalación, el estilo del transmisor y el receptor y la disponibilidad de alimentación in situ determinarán el tipo de alimentación que necesita.
7. Clasificación IP
Si el receptor se va a instalar en el exterior o va a estar expuesto a la intemperie, tendrá que elegir uno que esté protegido. La medida a tener en cuenta es la clasificación IP. Estas clasificaciones indican hasta qué punto el receptor puede soportar la entrada de sólidos y líquidos en su carcasa y la posible interrupción del sistema. La clasificación IP más alta posible es IP68.